Bienvenido

En cada consulta con seguridad quedan muchas dudas e inquietudes, el objetivo de este blog es que los padres no estén en ignorancia respecto a los problemas de salud de sus hijos.

Lejos ha quedado aquella época donde el médico era el único dueño de los conocimientos, la vida actual hace que los padres sean parte del problema y porque no de las soluciones.

A partir del 12 abril de 2014 atención de Av. La Unión N° 34

Disponible también en Whatsapp y viber

Agradeceré mucho sus comentarios y sugerencias

viernes, 27 de septiembre de 2013

No es más inteligente el que más nota saca

«Durante muchos años se ha creído que el niño que mejor sumaba y restaba o el que más nota sacaba de la clase era el más inteligente. Nadie preguntaba si ese niño sabía cantar, o cómo se relacionaba con los demás. En los últimos años, esto ha cambiado. Ahora se sabe quedebemos educar para resolver los problemas que nos encontremos en la vida, no para destacar en el colegio», asegura Esperanza García Ruíz, coordinadora pedagógica de las escuelas infantiles Alaria, y asesora de la juguetería Imaginarium.
El responsable de este radical giro en la educación, recuerda esta experta, es el psicólogo norteamericano Howard Gardner, Príncipe de Asturias en la categoría de Ciencias Sociales por su teoría de las ocho inteligencias: la lingüística, la lógico-matemática, la visual-espacial (dibujar, interpretar un mapa), la musical, la corporal (danza, deportes), la intrapersonal (conocimiento de uno mismo), la interpersonal (conocimiento de los demás) y la naturalista (observación y clasificación de las cosas).
Este concepto, dado a conocer por este laureado profesor de Harvard allá por los años ochenta, está ahora más en boga que nunca. De hecho su tesis, además de reconocer al máximo nivel capacidades que antes eran menospreciadas frente a las habilidades académicas tradicionales, ha obligado a muchos pedagogos a intentar replantear el sistema educativo. «Aunque en las primeras etapas todos tenemos que aprender lo mismo, no todos lo hacemos de la misma forma, ni en el mismo momento. Cada uno tiene sus tiempos, y es importante respetarlos», aclara esta experta.

Desde el hogar

Las familias también tienen mucho que decir de esto. «Es importante que los padres sepan que ninguna inteligencia es más que la otra. Todas son igual de importantes», remarca Esperanza García Ruiz. Eso sí, prosigue, «es fundamental que los padres sepan detectar cuanto antes en qué destacan, qué es lo que más les gusta a sus hijos, o aquello que les resulta más fácil aprender. Y ojo, porque muchos deben hacer un gran esfuerzo por ser realistas y separar entre lo que a ellos les gustaría que fuera el niño y lo que este de verdad es. Como dice Gardner, es crucial no proyectar en ellos sus prioridades, pasiones ni debilidades». «También deben conocer aquello que más les cuesta, para darles apoyo en esa área», añade.
¿Cómo? «Ofreciéndoles estímulos de todo tipo para que jueguen, manipulen, se muevan... Los niños aprenden jugando. Pero igual de importante es saber ilusionar a los más pequeños en el aprendizaje». Además, concluye García Ruiz, «los padres se pueden llevar más de una sorpresa. La inteligencia no es estática y, por fortuna, el ser humano está aprendiendo durante toda su vida».

miércoles, 25 de septiembre de 2013

¡Cuidado! El olor a bebé es adictivo

Seamos padres o no, todos nos sentimos bien cuando sostenemos un bebé en los brazos. ¿Por qué sucede esto? Un estudio científico ha descubierto que el olor a recién nacido genera un comportamiento adictivo muy similar al que producen las drogas o la comida.
En el estudio participaron 15 mujeres sin hijos y 15 que habían sido madres recientemente. A todas se les dio a oler el pijama de bebés recién nacidos y se estudió la reacción que se producía en su cerebro. Los investigadores, que publican sus resultados en la revista científica Frontiers in Psychology, encontraron que en ambos casos, pero de forma más intensa en el grupo de madres recientes, se activaba el llamado “sistema dopaminérgico”, un circuito neurobiológico que está relacionado con la obtención de recompensas y con los comportamientos adictivos.
Este sistema conduce, por diferentes vías, a la liberación de dopamina, una hormona que también se conoce como la “hormona del placer”, ya que se libera, por ejemplo, cuando comemos y cuando tenemos relaciones sexuales. Así, asociamos estas acciones, que son fundamentales para nuestra supervivencia y reproducción, con la obtención de una recompensa: en este caso el placer. Y algunas sustancias como las drogas o el tabaco nos provocan adicción porque actúan de la misma forma sobre nuestro cerebro.
"No todos los olores desencadenan la reacción. Sólo aquellos asociadas con la recompensa, como la comida o la satisfacción de un deseo, producen esta activación", explica Johannes Frasnelli, investigador de la Universidad de Montreal (Canadá). En el caso de los bebés, es lógico que su olor desencadene este mecanismo, ya que estimula el vínculo entre mamá y bebé y hace que las madres no abandonen a los hijos a su suerte. Los olores y otras formas de comunicación no verbal, como los estímulos visuales, son fundamentales para estimular la lactancia y establecer los lazos emocionales entre la madre y el niño y garantizar, en última instancia, su supervivencia.

Por: Victoria González
Fuente:Frontiers in Psychology y Universidad de Montreal

viernes, 6 de septiembre de 2013

¿VERDADERO O FALSO? Falsos mitos sobre el cuidado del bebé

Boton Test
Cuidados del bebé: descubre cuánto sabes




Los mitos acerca de la salud del bebé son una mezcla de tradiciones con chismes sensacionalistas. Si en alguna ocasión tienes dudas sobre si es cierto o no algún extraño consejo que te hayan dado, no te avergüences y consúltaselo a tu médico.
Estos son diez falsos mitos que hay que desterrar lo antes posible.

1. Si estornudan, están resfriados

Depende. Los estornudos y la tos son mecanismos que tiene el cuerpo para limpiar las vías respiratorias. Los bebés no pueden sonarse la nariz ni carraspear para aclararse la garganta. Por eso, se liberan de las secreciones que se acumulan en sus vías respiratorias mediante toses y estornudos. Los niños también estornudan cuando están resfriados, pero, en este caso, también muestran otros síntomas, como fiebre o malestar.

2. Los bebés saben nadar por instinto

Falso. Este mito es peligroso y nace de una verdad a medias. Es cierto que los bebés dejan de respirar cuando se sumergen en el agua. Pero esto no quiere decir que no se puedan ahogar. Si no se les saca rápidamente del agua, se ahogan porque sus pulmones se quedan bloqueados.

3. Llorar ensancha los pulmones

Falso. No se ha demostrado que exista ninguna relación entre el llanto y la maduración de los pulmones. Un bebé que llora lo hace porque le ocurre algo y las causas psíquicas no son tan visibles como las físicas, pero no dejan de ser importantes. Si le dejamos llorar, el bebé no comprenderá por qué nadie le ayuda. El pequeño siempre debe saber que las personas de su entorno le quieren y le protegen.

4. El azúcar quita el hipo

Falso. Muchos bebés tienen hipo por la inmadurez de su sistema neurológico. Es un movimiento involuntario e intermitente del diafragma que no tiene ninguna importancia. No es aconsejable probar alguna de las medidas que se aconsejan a los adultos. Es mejor dejarle tranquilo y el hipo desaparecerá por sí solo.

5. No deben salir hasta tener 15 días de edad

Falso. Este mito puede deberse al deseo de preservar al recién nacido de coger alguna enfermedad. Naturalmente, no se le debe exponer al contacto con una persona afectada por una enfermedad infecciosa, pero esto no tiene nada que ver con el aire libre. Para saber si puedes salir o no con el bebé, solo necesitas usar el sentido común. En verano evita las horas de más calor y en invierno no salgas cuando haga mucho viento.

6. Cuanto antes les salgan los dientes, más inteligentes serán

Falso. Los dientes de leche salen cuando deben hacerlo, con un amplio margen que difiere de un niño a otro. La inteligencia que alcanzará el bebé cuando sea mayor depende de los genes que haya heredado de sus familiares y de los estímulos que le ofrezcan las personas de su entorno. No tiene nada que ver con el momento en que le salgan los dientes.

7. Añadiendo cereales al último biberón, dormirán mejor

Depende. También puede tener el efecto contrario y provocar que el pequeño se despierte aún más a menudo. Una madre o un padre que lleva muchas noches sin dormir de un tirón se agarra al primer consejo que le promete un poco de descanso. Por eso, este es uno de los mitos más difíciles de erradicar.

8. Al nacer aún no ven

Falso. ¡Claro que ven! Los recién nacidos ven mejor a una distancia entre 15 y 30 centímetros. Por eso, cuando los adultos hablan con un bebé de pocas semanas se acercan instintivamente a él. A medida que el niño crece, su visión se va ampliando y al medio año ya ve a la perfección los objetos que se encuentran a una distancia de entre tres y cuatro metros. Cuando tiene un año, su visión es muy parecida a la de un adulto. El bebé distingue también los colores y, en los primeros meses, prefiere los contrastes fuertes y los tonos contundentes.

9. No se les debe cortar las uñas los primeros meses

Falso. Las uñas de las manos pueden ser bastante largas y muchos niños se rascan con ellas la cara. Para cortarlas, hay que usar tijeras romas y aprovechar un momento en que el pequeño esté tranquilo o durmiendo.

10. Raparles el pelo a menudo lo vuelve más fuerte

Falso. Si después del corte el pelo parece fuerte, es porque en ese momento faltan las puntas finas, las que le daban un aspecto más frágil. Los recién nacidos pierden casi todo el cabello con el que nacen, cambiándolo por una especie de pelusilla. Así que no tiene sentido cortarles el pelo antes de los seis meses.

Autora: Martina Rao

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Quitar el pañal en tres días o menos

11 pasos para enseñarle a tu niño o niña a ir al baño

TEST ¿Sabes cómo quitarle el pañal a tu hijo?

¿Cuándo debe dejar mi hijo el pañal? ¿Cómo hacerlo? Estas preguntas nos las hacemos todos los padres cuando llega el momento de que nuestros hijos digan adiós al pañal. Pon a prueba tus conocimientos con nuestro test.





DESARROLLO INFANTIL La sonrisa del bebé: una evolución irresistible

Le hemos visto sonreír mientras dormía pero, el día menos pensado, el bebé nos regala un momento único e inolvidable: su primera sonrisa de verdad, dedicada a nosotros en exclusiva, mirándonos fijamente a los ojos. Después, llegan los gorjeos y las carcajadas contagiosas.
Con los años, podemos olvidarnos de si pasó o no la varicela o cuántos años tenía cuando se le cayó su primer diente, pero lo que nunca olvidan los padres es la emoción que sintieron al recibir, por sorpresa y a bocajarro, la primera sonrisa de su pequeño... una sonrisa irresistible.

La sonrisa, un eficaz mecanismo de supervivencia

Las modernas ecografías han permitido a los expertos comprobar que los fetos a partir de las 30 semanas ya sonríen. ¿A quién? podríamos preguntarnos. De momento es solo un reflejo, casi una mueca, aunque compleja, porque requiere la coordinación de muchos músculos faciales y está asociada con la fase de sueño activo o REM.
Los bebés vienen provistos de la capacidad de sonreír, y no precisamente para salir guapos en las fotos, sino para algo mucho más importante... sobrevivir. Nuestro pequeño nace con el instinto de mantenerse cerca de mamá como medida de protección.
Por eso, en cuanto aprenda a gatear, su objetivo será perseguirla por toda la casa. Pero ahora acaba de nacer y no puede moverse ni agarrarse al pelo de su madre como hacen nuestros primos los primates. Lo que sí puede hacer es llorar (y así llamar su atención), mamar (y favorecer un acercamiento físico privilegiado) y... claro está, sonreír, seducir a su mamá para que desee estar cerca de él y compensarla por lo cansado que puede ser hacerse cargo de una personita recién llegada.

Las etapas de la sonrisa del bebé

En su libro “El desarrollo del bebé” (Alianza Editorial), Ileana Enesco, profesora del Departamento de Psicología Evolutiva de la Universidad Complutense de Madrid establece estos hitos en la evolución de la sonrisa de los bebés. Eso sí, las fechas están basadas en estadísticas. En la práctica, cada niño tiene sus ritmos.

Primeras semanas de vida

Las sonrisas del bebé son reflejas. Aparecen con más frecuencia durante el sueño, aunque también en algunas ocasiones al despertar o como respuesta a una caricia suave.

Primer mes

Sonríe ante estímulos externos, como la voz de su madre o, por ejemplo, si le ponemos las manos juntas para hacer palmas palmitas.

Entre la 5ª y la 8ª semana

Puede sonreír también ante estímulos visuales como movimiento de luces, de la cara humana, de objetos brillantes...

Entre la 9ª y la 12ª semana

La sonrisa es ya plenamente social. Ahora los bebés responden abiertamente a las caras humanas y, hacia los tres meses, la sonrisa se encuentra casi siempre en las interacciones sociales.

Entre los 3 y los 4 meses

Aparece la risa como respuesta a estímulos de diferentes sentidos (tacto, visión...).

A partir de los 6 meses

Los bebés sonríen y ríen durante las interacciones sociales con personas cercanas.

Entre los 10 y los 12 meses

Sonríen abiertamente cuando llega una persona conocida, se ríen a carcajadas con juegos de interacción como el cucú tras.

Por: Laura Guerrero.
Asesora: Ileana Enesco, profesora del Departamento de Psicología Evolutiva de la Universidad Complutense.