Bienvenido

En cada consulta con seguridad quedan muchas dudas e inquietudes, el objetivo de este blog es que los padres no estén en ignorancia respecto a los problemas de salud de sus hijos.

Lejos ha quedado aquella época donde el médico era el único dueño de los conocimientos, la vida actual hace que los padres sean parte del problema y porque no de las soluciones.

A partir del 12 abril de 2014 atención de Av. La Unión N° 34

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Agradeceré mucho sus comentarios y sugerencias

jueves, 27 de junio de 2013

Cómo quitar el chupete al bebé

El chupete cumple la función de calmar o tranquilizar al bebé mediante la satisfacción de su reflejo de succión. Quitar el chupete al bebé requiere tiempo y paciencia. El chupete tiene numerosos beneficios durante la primera etapa del desarrollo del bebé, entre ellos, como han revelado algunos estudios, la prevención de la muerte súbita del lactante. No obstante, nunca debe ofrecerse el chupete demasiado pronto, es decir, nunca antes del mes o mes y medio de vida, hasta que no esté bien instaurada la lactancia materna

Beneficios del chupete para los bebés

Sin embargo, es importante que el chupete no se retire demasiado tarde, es decir, más allá de los 3 años de edad. A corto plazo no crea ninguna dificultad en su desarrollo, pero el uso continuado del chupete crea un hábito y cuanto más lo usan más lo quieren. Es recomendable que a partir del año y medio, los bebés empiecen a usar el chupete sólo para dormir, ya que a partir del año o el año y medio, la necesidad natural de chupar de los niños disminuye, a medida que ganan en autonomía e independencia. En esta etapa, los bebés viven un intenso proceso de evolución hacia un desarrollo superior, son más activos en general, pero el chupete continúa siendo una herramienta que les ayuda a relajarse. 
A los dos años de edad, el niño utiliza el chupete como un juguete para succionar. Olvidarse del chupete antes de los 2 años, evitará que el bebé recurra a los dedos como elemento de sustitución. La recomendación general de los pediatras es que el bebé deje el chupete antes de los 3 años de edad, es decir, antes de que comience la escuela o la Educación Infantil.

Para quitar el chupete a tu bebé, puedes seguir los siguientes consejos

1. Cambia el chupete por vasos para sorber, que fomentan el desarrollo de la coordinación entre la vista y las manos, y ayudan a poner fin al hábito del chupete.
2. Habla con el niño y recuérdale que ya es mayor, que ya va a la escuela y que no necesita chupete.
3. Pon metas al niño, como por ejemplo, que use el chupete solamente para dormir, y prémiale por conseguir esas metas.
4. La reafirmación positiva funciona bien con los niños de más de un año. Así que elogia a tu hijo cuando se comporte como un niño mayor.
5. Date tiempo para que tu hijo abandone el hábito del chupete, mejor ir poco a poco. Elige el mejor momento para él, siempre en una situación tranquila y relajada, que no coincida con cambios importantes en su vida o en la vida familiar que puedan afectarle. Si se mueven los dientes del niño, habla con el dentista y pide consejo.

miércoles, 12 de junio de 2013

La alimentación del niño de 1 a 3 años: consejos para padres


Una dieta adecuada permite mantener la salud y prevenir enfermedades crónicas. Por eso, el Grupo de Gastroenterología Pediátrica de la Zona Sur-Oeste de Madrid, al que pertenece el pediatra José Manuel Moreno Villares, asesor de Ser Padres, propone unas recomendaciones generales sobre la alimentación en niños de 1 a 3 añosque pueden servir de guía a sus padres.

  • La alimentación tiene que ser variada y equilibradaadaptada a los gustos del niño.
  • Es mejor emplear alimentos locales y de temporada, pues hay una clara relación entre la alimentación y el cuidado del medio ambiente.
  • Además de una alimentación sana es importante la actividad física, que en niños de 1 a 3 años es el juego.
  • Las personas se alimentan de diferentes formas según la cultura a la que pertenezcan, sus costumbres, los alimentos de la zona, cuestiones religiosas o el nivel económico de la familia y ¡todas pueden ser saludables!

Pautas para comer bien en niños de 1 a 3 años


  • Desayunar siempre y de la forma más completa posible.
  • Limitar la comida precocinada, los alimentos procesados o comidas de preparación rápida (hamburguesas, pizzas…), pues contienen más grasas saturadas, azúcares y sal.
  • Si el niño rechaza un alimento, no se le debe forzar a tomarlo. Los niños deciden si comen o no, y la cantidad que toman. Los padres deciden el tipo, calidad y variedad de los alimentos.
  • Ninguna comida debería estar prohibida, a no ser que el niño sea alérgico o tenga intolerancia a ella. A los niños se les deberían permitir los caprichos ocasionalmente. No es malo comer chocolate de vez en cuando. La prohibición de ciertas comidas (chucherías, refrescos, hamburguesas…) puede atraer la atención del niño hacia ellas y hacer que parezcan más atractivas y deseables.
  • Los frutos secos son peligrosos por el riesgo de atragantamiento (pipas, almendras, avellanas…). No deben darse hasta que el niño tenga 4 años y siempre con precaución.
  • Los niños necesitan comer a menudo. A algunos niños que picotean entre horas, se les debe proporcionar alimentos nutritivos y saludables, y evitar que piquen a todas horas alimentos poco recomendables (galletas, chucherías, patatas fritas, zumos envasados…) que interfieran en su apetito.
  • Si el niño sigue con lactancia materna, se le debe permitir que tome el pecho cuantas veces quieran los dos, la madre y el hijo.
  • El biberón no debe usarse con bebidas azucaradas como los zumos, pues aumenta el riesgo de caries. Además, no hay que retrasar el momento de abandonar chupete y biberón.
  • A partir del año, se puede ir integrando al niño progresivamente a la mesa familiar, aunque al principio necesitará mucha atención.
  • Es importante hacer de la comida un momento agradable. Los niños imitan todo lo que ven, por lo que los padres y familiares tienen una gran responsabilidad respecto a sus comportamientos.
  • Lo recomendable es comer juntos, sin ver la televisión, para facilitar la comunicación.
  • Tocar, jugar con la comida es una necesidad para los niños y constituye la mejor manera de aprender. Necesitan practicar. Las habilidades no se adquieren de golpe, sino de forma progresiva, después de varios intentos. Deje que tu hijo coma solo si ya es capaz de hacerlo, aunque ensucie.
  • A partir de los 2 años, los niños pueden empezar a “ayudar” en la compra y se les puede involucrar en la preparación de comidas (lavando las verduras, mezclando una macedonia de frutas, preparando un bocadillo, exprimiendo una naranja…), deja que colabore.
  • El mejor premio para un niño es la atención sincera de un adulto, que le dedica tiempo, un cuento, una broma o un juego. No se debe premiar el buen comportamiento con dulces y chucherías, por el buen comportamiento ni tampoco regañar, gritar, castigar o amenazar para que coma. Es importante elogiar cualquier cosa que haga bien. Procure pedir las cosas con un tono de voz amable, utilizando “por favor” y “gracias”. Trate a su hijo con el respeto con el que le gusta que le traten a usted.
  • A partir de los 18 meses, el niño puede cepillarse los dientes, sin pasta, después de comer. Para prevenir la caries, hay que evitar la ingesta de dulces.


Por: Belén Juan
Fuente: Grupo de Gastroenterología Pediátrica de la Zona Sur-Oeste de Madrid

lunes, 10 de junio de 2013

La lactancia materna desarrolla el cerebro del bebé

Las imágenes de resonancia magnética tomadas mientras los niños estaban dormidos muestran diferencias de desarrollo en zonas clave del cerebro entre niños amamantados y no amamantados. Imagen: Advanced Baby Imaging Lab. Fuente: Universidad de Brown.
Un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad de Brown (EEUU) ha arrojado una nueva evidencia sobre los beneficios de la lactancia materna para el cerebro de los bebés.
En la investigación se utilizó la tecnología de imagen de resonancia magnética o IRM? (una técnica no invasiva que utiliza el fenómeno de la resonancia magnética para obtener información sobre la estructura y composición del cerebro) para observar el crecimiento de este órgano, en niños menores de cuatro años, informa Tendencias 21.
De este modo, se constató que, a los 2 años, los niños que habían sido amamantados de forma exclusiva durante al menos tres meses presentaban un mayor desarrollo en zonas clave del cerebro, en comparación con niños que fueron alimentados con leche de fórmula o mediante una combinación de leche de fórmula y leche materna.
Este crecimiento adicional fue más pronunciado en partes del cerebro relacionadas con el lenguaje, la función emocional y la cognición, también constató el estudio.
Un estudio previo
Esta no es la primera investigación que sugiere que lactancia materna potencia el desarrollo cerebral de los bebés. Por ejemplo, estudios anteriores sobre comportamiento habían relacionado ya este tipo de lactancia con resultados cognitivos positivos en adolescentes mayores y en adultos.
Además, ya en 2011, investigadores de la Universidad de Oxford, de la Universidad de Essex y del Institute for Sorcial and Economic Resarch (ISER), del Reino Unido, constataron que amamantar a los hijos aunque sólo sea durante cuatro semanas tiene un efecto significativo en su desarrollo cerebral; y que este efecto beneficioso puede perdurar al menos hasta los 14 años.
En este estudio anterior, los investigadores realizaron pruebas de lectura, escritura y matemáticas a niños de cinco, siete, 11 y 14 años, algunos de los cuales habían sido amamantados y otros no. Los resultados obtenidos demostraron que había una diferencia estadísticamente relevante entre los niños que habían sido amamantados y los que no, en lo que a las capacidades intelectuales estudiadas se refiere.
Sin embargo, la presente investigación sí es la primera en la que se han obtenido imágenes que relacionan las diferencias cerebrales encontradas con la lactancia materna, en niños sanos y muy pequeños, explica Sean Deoni?, director del Advanced Baby Imaging Lab de la Universidad de Brown y autor principal del estudio, en un comunicado de dicho centro.
El científico añade que lo que se pretendía al usar esta técnica era determinar en qué momento se producen cambios en el desarrollo del cerebro vinculados a la lactancia materna: "Descubrimos que estos cambios aparecen de manera inmediata", afirma Deoni. Los hallazgos realizados aparecen publicados en NeuroImage.
Deoni y sus colaboradores aplicaron la técnica de resonancia magnética a los cerebros de los bebés, mientras éstos dormían. Con ella, se analizó la microestructura de la materia blanca del cerebro, un tejido que contiene fibras nerviosas extensas, y que hace posible que las diversas partes del cerebro se comuniquen entre sí.
Más concretamente, la técnica se centró en las cantidades de mielina?, que es el material que aísla a dichas fibras nerviosas y que acelera las señales eléctricas que circulan por el cerebro.
Los científicos analizaron así a un total de 133 niños de edades comprendidas entre los 10 meses y los cuatro años. Todos ellos habían disfrutado de un tiempo de gestación corriente y provenían de familias con un estatus socioeconómico similar.
Los investigadores dividieron a los niños en tres grupos: aquéllos cuyas madres señalaron haberlos amamantado de manera exclusiva durante al menos tres meses; aquéllos alimentados con una combinación de leche materna y leche de fórmula; y aquéllos alimentados sólo con leche de fórmula. Además, los científicos compararon a los niños mayores con los niños más pequeños para establecer trayectorias de desarrollo de la materia blanca en cada grupo.
De este modo, se constató que, de los tres grupos, el de lactancia materna exclusiva presentaba el crecimiento más rápido en la materia blanca (formada por los axones –o extremos- mielinizados de las neuronas). El grupo alimentado con leche materna y con leche fórmula, por su parte, también presentó un mayor crecimiento de la materia blanca que el grupo exclusivamente alimentados con leche de fórmula, pero esta diferencia intergrupal fue menos pronunciada.
En términos porcentuales, "hemos descubierto que la diferencia [en el desarrollo de la materia blanca] es del orden de entre el 20 y el 30% , entre los bebés alimentados con leche materna y los niños que no fueron amamantados. Me parece asombroso que pueda haber tanta diferencia tan pronto", añade Deoni.
Cuanto más tiempo, mejor
A continuación, Deoni y su equipo confirmaron los datos de las imágenes con una serie de pruebas cognitivas básicas, que fueron realizadas a los niños mayores. Estas pruebas revelaron que los niños alimentados con leche materna presentaban un mayor rendimiento idiomático, de recepción visual y de rendimiento de su control motor.
El estudio analizó por último los efectos de la duración de la lactancia materna. Para ello compararon el desarrollo del cerebro de los bebés amamantados durante más de un año con el del cerebro de aquéllos amamantados menos de un año. Descubrieron que dicho desarrollo fue significativamente mayor en los bebés que fueron amamantados más tiempo, especialmente en regiones del cerebro vinculadas con la función motora.
Deoni afirma que estos resultados se suman a un creciente cuerpo de investigaciones que han constatado asociaciones positivas entre la lactancia materna y la salud cerebral de los pequeños.
En 2008, por ejemplo, una investigación realizada en Bielorrusia con 14.000 niños demostró que la lactancia materna mejora los cocientes intelectuales de los bebés. La mitad de las madres de estos bebés participaron en una campaña de promoción de la lactancia materna, y la otra mitad no. Los hijos de las primeras fueron más listos, proporcionalmente.
En 2012, además, otro estudio encontró una correlación entre no ser amamantado y una tendencia posterior a la depresión; y otras investigaciones han vinculado el destete precoz con un mayor riesgo de dependencia al alcohol (aunque se han producido resultados contradictorios sobre la asociación con la esquizofrenia).