Un estudio realizado por el Observatorio de la Salud de la Infancia y la Adolescencia FAROS pone de manifiesto que la actividad física tiene una relación directa con la mejora del rendimiento cognitivo de los niños.
Si un niño adquiere unos hábitos de actividad física diaria y practica deporte de forma regular (al menos 30 minutos de actividad física moderada y 30 de actividad vigorosa casi todos los días de la semana) puede adquirir las siguientes ventajas a nivel cognitivo:
Adquirirá un mejor rendimiento académico y una mayor capacidad de atención.
Tendrá menos probabilidades de sufrir trastornos depresivos o de ansiedad.
Mejorará su estado anímico y emocional.
Estas mejoras son debidas a la modificación de la estructura del cerebro del niño en crecimiento, según demuestran diversos estudios:
El ejercicio físico está tomando un lugar destacado como factor susceptible de modificar la función y la estructura cerebral, aportando claros beneficios en el rendimiento cognitivo y bienestar psicológico.
Correr, saltar, jugar en continuo movimiento, son actitudes que aparecen de un modo natural y espontáneo en los niños, sobre todo en los más pequeños. Y resulta que estas actividades favorecen la utilización de la energía cerebral.
Por otro lado, a nivel psicológico y social, el niño:
Mejorará su bienestar psicológico, la confianza en sí mismo y la autoestima.
Favorecerá su socialización y su autonomía.
Adquirirá ciertos valores como la constancia, la perseverancia, la humildad, el esfuerzo, el trabajo en equipo, la disciplina, la cooperación, el compañerismo.
Fuente: bebesymas.com
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